30 de mayo de 2012

We run around the rules.

—Así que, ¿que pasará cuando volvamos?
—No lo sé. Quizá tratar de olvidar.
—No quiero olvidar.
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Quiero decirle que no está siendo justo; que éramos desconocidos; que hice lo necesario para seguir viva, para que los dos siguiésemos vivos en el estadio; que no puedo explicarle cómo son las cosas con Gale porque no lo sé ni yo misma; que no es bueno amarme porque, de todos modos, no pienso casarme y él acabaría odiándome tarde o temprano; que, aunque sienta algo por él, da igual, porque nunca podré permitirme la clase de amor que da lugar a una familia, a hijos.
~
Bueno, hay una chica. Llevo enamorado de ella desde que tengo uso de razón, pero estoy bastante seguro de que ella no sabía nada de mí hasta la cosecha
~
No lo sé, es que... no podía soportar la idea de... vivir sin él
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Saber apreciar la belleza, no es lo mismo que sentir debilidad.
― No te vayas aún. No hasta que me duerma. ― Digo.
Peeta se sienta en un lado de la cama, calentando mi mano en las dos suyas.
― Casi pensé que habías cambiado de idea hoy. Cuando llegaste tarde para cenar.
Estoy confusa pero puedo adivinar a qué se refiere. Con la valla en funcionamiento y yo apareciendo tarde y los agentes de la paz esperando, pensó que me había escapado, tal vez con Gale.
― No, te lo habría dicho. ― Digo. Levanto su mano y apoyo mi mejilla contra el dorso, absorbiendo el leve aroma a canela y pepinillos de los panes que debe de haber horneado hoy, y puedo sentir cómo me estoy yendo, así que sólo digo una última frase. ― Quédate conmigo.
Mientras los hilos del jarabe para dormir me arrastran hacia abajo, puedo oírle susurrar una palabra en respuesta, pero no acabo de entenderla.
~
― Empecemos con algo más básico. ¿No es raro que sepa que arriesgarías tu vida para salvar la mía . . . pero que no sepa cuál es tu color favorito? ― Dice.
― Verde.- Digo sonriendo- ¿Cuál es el tuyo?
― Naranja.
― ¿Naranja? ¿Cómo el pelo de Effie?
― Un poco más apagado . . . Más como . . . el atardecer



23 de mayo de 2012

Mrs. Know It All

Solo sé consciente de que conoces mi nombre pero no mi historia.
No sabes lo que es comer menos para adelgazar. No sabes lo que es estar ahogándote todo el día solo para parecer más delgada. No tienes ni idea de lo que se siente al tener que mirarte todo el rato a los espejos, intentando convencerte de que está bien. Pero no lo está, porque soy yo la que se refleja, no tú. No conoces esa sensación de darlo todo, de dar tu mejor esfuerzo, para no ver progesiones.
Detrás de mi hay toda una compleja historia, yo no soy como nací, soy los que demás los que me han hecho ser. A nadie le importan tus desgracias, a la gente le da igual todo lo que escribo, lo que pienso, o lo que haga o deje de hacer. Es todo impresión. ¿A quién le van a importar mis problemas?
Y es por eso por lo que sonrío. Porque a nadie le importa, nadie va a saber solucionar mis problemas agitando una barita mágica. Nadie va a venir y rociarme con polvos mágicos. Así que, si a nadie le importa, sonreír es lo único que me queda. Ser transparente, no destacar, solo sonreír: llevar mis comisuras hacia la orejas y punto. Y estoy segura de que tú no sabes lo que es pasar por eso.

19 de mayo de 2012

Once upon a time I believe it was a Tuesday when I caught your eye, we caught on to something.

Esto cuenta la manera en la que nos conicemos. Por casualidad, o porque levamos tiempo detrás de ello. Yo te conocí por pura coincidencia, ni sabía que existías. Iba a lo mío, con mis amigas, hablando de cualquier cosa. Llegaste tú, y entonces me pregunté, ¿y tú de dónde sales? Si supieras lo primero que pensé de ti. Que eras un chulito, que a donde ibas con esas pintas, y que eras bastante...grande. Pero no sé, creo que fueron la sucesión de los días lo que me hizo fijarme en ti. Como eras con la gente, como tratabas a las otras chicas, supongo que yo también quería un pedacito de ti, ya que yo te había dado otro poquito de mi. Y luego, repentinamente, después de buscarte entre la gente, tratar de impresionarte, de hacer chistes para que te rieras, tuve que olvidarme de ti. Ya no podía ver más esos ojos, ya no iba a oírte reír de tus propias tonterías, ni si quiera pensar en ello.
   Y pasó un año, y un verano. Y volviste, cambiado. Después de todo lo que me costó olvidarme, de enterrarte, surgió un brote de ti, renació lo que había dado por muerto. Y aquí estoy, contando los días hasta que tenga que volver a olvidarte

11 de mayo de 2012


Y otra vez la misma duda, de si olvidarme o quizás seguir intentándolo. No puedo más que darle vueltas en mi cabeza, y me ocupas la gran mayoría de mi día, unas 23 horas y 59 minutos. ¿Para qué luchar por algo que ya tenía perdido? ¿Para qué intentar revivir algo que nunca llego a respirar? Es extraño ver que tú puedas querer a ella de la misma manera que yo a ti. Es curioso que estemos en la misma situación, pero que no avancemos. ¿Me olvido? Quizás sea lo mejor lo de un clavo quita a otro clavo, o escurrir el bulto, como he hecho siempre.
Pero es que es difícil, vale, tú estás enamorado, pero yo también. Me siento todo el rato como si estuviera en una historia que no me conviene, en un cuento en al que yo no pertenezco. ¿Y tú crees que es fácil saber que tú pasas por lo mismo? Me olvidaré, ya ni si quiera pasaré página, te echaré típex, y borraré los cachos que escribí a lápiz. Por lo menos no me digas que no lo intenté.
Y lo entiendo, ella es guapa, delgada, más divertida. Yo tampoco me elegiría.

2 de mayo de 2012

I wrote a song that never sing.



Se me va la inspiración.  Siento como si todas mis virtudes se desvanecieran y se fueran. Se me olvidan las cosas, me hago más tonta, la vida pasa como una constante línea. Una línea de un cuaderno que está en blanco, donde todo lo que fue escrito ha sido borrado y ahora solo permanezcan las marcas que no han podido ser borradas y los restos de la goma. Me siento como si todo lo que se me dio bien me ha abandonado, ahora solo soy un molde. Soy un maniquí desnudo, al que ahora almacenan en un trastero olvidado. No quiero crecer más, y que se me olviden cosas tan simples como escribir estas palabras tan sencillas. Quiero ser siempre joven, o por lo menos, no crecer tan rápido.

Aún sí, soy capaz de recordar cosas. Recuerdo la hierba verde y fresca de una colina, a mi rodando feliz por ella. Un columpio, un salto, y después el impacto de mis rodillas contra el suelo. Sangre, por ellas, y después la dulce voz de mi madre, controlando mis lágrimas. Sé que por muy puntuales y normales que sean estos recuerdos, están grabados a fuego en mí. Pero me preocupa que eso haga que no pueda recordar lo que estudié, que no recuerde el nombre de la montaña más alta, o las lecciones de primaria. No se me olvida el significado de la palabra "inefable", ni la letra de mi canción favorita. Espero que cuando me haga más vieja, estas cosas no se me olviden.