7 de noviembre de 2012

Tonight let's get some, and live while we're young.


Es de tontos...

¿Quién es más estúpido? ¿Yo por quererte a ti, o tú por quererla a ella? ¿Quién de los dos está más ciego? Nos encontramos haciendo círculos alrededor de todo lo que prometimos no hacer una vez. "Me olvidaré de él", dije una vez. Y aquí sigo, derramando lágrimas y luchando por no pensar en ello, por tu culpa. ¡No tiene sentido! Apenas te conozco, pero siento como si una vocecilla me dijera todo lo contrario. ¿Será eso lo que te pasa a ti? Los dos estamos vendados, buscando a alguien que nos abrace, o al que abrazar cuando haga frío. Estamos jugando a perseguir imposibles, y yo voy perdiendo. 
Y vuelvo a decir: "Decidido, ya no pensaré más en él." ¿Pero de qué me sirve si nunca lo cumplo? La de veces que he prometido que esta sería la definitiva, que no podía ponerme así por alguien como tú. Pero a mis sentimientos no les da la gana cambiar, mi corazón no quiere pensar en otra persona. Todo mi cuerpo se encuentra en una guerra interior. Corazón contra razón. Y como no, siempre es este primero el que resulta ganar todas las batallas. Lo fuerte puede contra lo débil, la tentación contra la voluntad, tú contra mí.

1 de noviembre de 2012

Un íntimo y desconocido cielo me abduce.


Y aquí me hallo, buscando la fórmula para tratar de olvidarte, solo que a cada palabra que dices me resulta más difícil. En realidad no quiero hacerlo, no quiero olvidarte, pero no puedo vivir del recuerdo. Necesito abrirme al resto del mundo como tú dices, necesito enamorarme de la misma manera que lo he hecho contigo, solo que me gustaría que esta vez el sufrimiento no me acompañara. Se´que podré volver a hacerlo, que tropezaré con la misma piedra, que volveré a lastimar eso que llevo en el pecho aun palpitando por ti. Solo quiero recordarte con una sonrisa, que al escuchar tu nombre sonría, como hasta ahora, me da pena pero, he descubierto que no eres especial, solo otra derrota. Me duele lo odio, no soporto pensarlo, pero es así, ambos sabemos que la distancia no es el problema, que yo te seguiría amando aunque dejaras de ser de este planeta. El simple y pequeño problema es tus sentimientos en contra de los míos, daría cualquier cosa por no haberte querido nunca de la forma en que lo hago, porque esto de escuchar cualquier canción, cualquier palabra, cualquier frase y acordarme de tu sonrisa no es sano. No te imaginas lo mal que lo pasé cuando volví a oler tu perfume en la calle un día, estabas a mi lado en el momento en el que volví a olerla, te lo juro, y eso que estás a más de 600 kilómetros.
 "Soy de esas que te podría decir todos los días de mi vida que adoro la arruguita que te sale en la nariz cuando sonríes"
¿Tiene gracia verdad? Que tú no sepas nada de esto apenas, que casi ni te acuerdes de esos momentos, que yo siga aquí intentando pasar página, intentándolo todo para tratar de olvidarte pero he descubierto una cosa: que olvidarte es otra pieza de este absurdo puzzle. Ya no quiero tus abrazos, solo que te acuerdes de mi, como me acuerdo yo del momento en el que te dije:
—¿Cuál es tu color favorito?
—El verde.
—El mío el verte.
—Eso no es un color.
—Es el más bonito de todos.
Te juro que nunca lo olvidaré. En cierto modo quiero darte las gracias por descubrirme lo que se puede llegar a querer a alguien, lo que se puede llegar a sufrir por esa persona. Que sé que vendrá una más guapa, más maja, más espectacular y mucho más genial que yo, pero quiero que sepas que nunca he querido con la misma fuerza ni con el mismo ímpetu que como lo he hecho contigo. Te quiero de aquí a donde estés y donde hiciera falta...