30 de junio de 2013

Gay, puta, verde o guapo, me da igual.

Todavía trato de entender algunas cosas que se escapan a mi forma
de pensar, como esa manera tan extraña que tienen algunos de demostrar su amor diciéndose "Buenos días" por un mensaje, ¿en serio? Pero aún así, no sé, siento que algo se me está pasando por alto, o quizás es que lo hago a posta. ¿Por qué hay tanto hipócrita suelto por el mundo? ¿Por qué hay tantos "eres preciosa"
y "es una puta" que salen de la misma boca? Me vale que quieran ser agradables con todo el mundo, que quieran caer bien a la gente, eso lo hacemos todos, pero sus métodos me confunden. Si no te caigo bien, ¿por qué pierdes el tiempo conmigo? Joder, dedícate a buscar una personalidad, que a estas alturas eso está muy infravalorado.
¿Soy la única que se fija en las cosas importantes de verdad? Como los "mi vida" de la gente que te quiere,  las sonrisas fugitivas, ese olor que desprende tu casa al volver de un viaje...no sé, detalles que se pasan por alto.
Si tuviera que reunir...¿para qué? Ya se juntan ellos solos, todos aquellos que sin conocerte de nada ya te ponen una etiqueta con un "¿por qué molestarse?" en la frente, esos que si no enseñas un determinado porcentaje de carne ni te tocan con un palo. Ah. Imbéciles aquellos que "son superiores" por ser más guapos que tú.
"No me importa quién eres, ni de donde eres, ni que hiciste con tal de que me quieras."
Sinceramente, no sé que tendrá que ver tu físico con tu forma de pensar. Por algo son cosas que se valoran por separado, digo yo. Ni todas las rubias son tontas ni todas las morenas tienen complejo de morenas.
Cerrados de mente, ¿por qué no os dedicáis a solo existir? Sin decir que os parece bien o mal, porque a fin de cuentas, a nadie le importa tu opinión.
Que se cogen de la mano, vale.
Que ha estado con muchos tíos, vale.
Que prefiere el azul al rosa, vale.
Creo que simplemente estoy cansada de tres cuartos del mundo.

21 de junio de 2013

I'm not yours anymore.

La miró por última vez, y mientras trataba de realizar instantáneas en su mente de cada uno de los destellos de la noche, sujetó su rostro con las dos manos y subió su mirada hasta sus ojos, que hace unos segundos apuntaban al suelo. Se enamoró al verlos otra vez, como siempre que la miraba, aquel color verde con detalles azules y marrones. Solían estar llenos de un brillo especial, de alegría, pero ahora el único brillo que tenían eran las lágrimas que retenía en sus párpados. Estudió cada rasgo de su cara, cada lunar, cada arruga que formaba al cerrar los ojos, y recordó las que se le formaban al sonreír en la nariz y las comisuras de la boca. Pensó en sus labios, que nunca habían permanecido cerrados hasta ahora, que de vez en cuando se abrían para dejar escapar un sollozo. Su felicidad siempre había sido su felicidad, y ahora los dos compartían el dolor de una despedida repentina. Acarició su mejilla con el pulgar y después bajó su mano izquierda hasta la nuca, empujando su delicada cabeza hasta sus labios. Se dieron un último beso con un sabor agrio a pérdida, el último que se darían. Acariciaba su pelo mientras ella jugaba tímidamente con el suyo. En todo el tiempo que habían estado juntos, lo había llevado liso, en una coleta, con trenzas, de todas las maneras posibles, pero ahora era negro y rizado, como era siempre que no le daba tiempo a arreglarse.
Ella nunca sabrá que el la prefería así, natural. Y él nunca sabrá cómo se le rompió a ella el corazón cuando se fue y dijo "Adios".

13 de junio de 2013

I just not wanna listen.

Voces en la cabeza hablaban de rendirse, de dejar de intertarlo y tirar todo a la mierda. Simplemente fueron ignoradas. Susurros en el aire que contaban que jamás podría conseguirse. Se oían clara y nítidamente, pero aún así, fueron ignorados —y siguieron en el aire—. Y consejos que daban desconocidos, diciendo que era menos que nadie, escoria, siguieron ignorados. Entre todo ese caos se oía un "no caigas" de alguien ajeno. No era ni nítido, ni parecía que nadie le diera una gran importancia. Aún así, fue escuchado. Alguien se levantó y vio que era capaz de mover montañas si se lo proponía. Nadie sabe tu pasado, así que construye tu futuro. Fuerza, ánimo. Ahora esas voces han cambiado, junto con los susurros y los consejos que dieron. Cuentan, susurran, hablan de la verdad. Dicen que eres invencible.
                                   
       

11 de junio de 2013

Ahógame en recuerdos.

Se ahoga, se ahoga y los demás la hunden. Cae a la vez que flota en un mar tan azul como sus ojos. Sin ascender, sin patalear. Sus brazos y piernas hormiguean, dormidas, y flotan junto con su cuerpo. El pelo sigue las ondas del agua, simulando una medusa amarilla. Las yemas de sus dedos están arrugadas, pero no por el tiempo, todavía es demasiado pronto para ella tener la piel arrugada. Todavía es demasiado pronto para ella, a secas. Joven, y dejándose llevar a las profundidades de la densidad salada. Toda la vida por delante, pero aún así, sin esperanzas.
"Adiós".
Y mientras el agua entraba por sus pulmones, arrebatando la última gota de oxígeno.
"Adiós", pronunció por última vez.

9 de junio de 2013

Vertederos internos, un nueve de junio de dos mil trece.

Por fuera tan pálida y simple, por dentro tan negra y complicada. No era lo que aparentaba, porque en realidad estaba hecha mierda. Cada día crecía una nueva inseguridad, y menos cosas que querer. Si hacia la resta, le saldría negativo. Como ella, negativa. Su culpa, todo era por su culpa. Era como todos esas casas antiguas, son bonitas hasta que las ves mejor y descubres que habría sido mejor ni molestarse. De verdad que nadie podría hacerse idea de la cantidad de basura, papeles arrugados y cristales rotos que había en su interior. Rota por dentro y agrietándose por fuera, sin que nadie se diese cuenta de su derrumbamiento, como esas casas antiguas, un día ya no estaría allí, y alguna otra construcción mejor la reemplazaría.
"Es irónico que pensaras que te dejaría por él y que tu me hayas dejado por ella."

7 de junio de 2013

Siete de junio de dos mil trece.

        Un día de estos te despiertas de un largo sueño y descubres que nadie te recuerda. Nadie sabe que eras tú quien ocupaba ese espacio, ni tampoco que eras tú la que hacía todas esas cosas. A lo mejor ellos no lo sabían antes de que desaparecieras, o quizás fue precisamente por eso por lo que ahora no lo saben. Una de dos: o eras invisible, o se han olvidado de ti. Ahora es como si vieras el mundo desde un segundo plano, es como si estuvieras viviendo en una película y tu fueras uno de los extras. No te sorprendería que alguien viniera y te preguntara por tu nombre, porque se han olvidado de ti.
¿Lo peor? ¿Lo que más duele? Ver que te han buscado un sustituto, lo segundo peor del mundo es ser reemplazado, y lo primero es que sea por alguien mejor que tú. ¿Qué se supone que tienes que hacer al respecto? Se han olvidado de ti. Ya no eres tú quien lo consuela, ni tampoco a quien llama todas las tardes. No sabes nada de nadie, ni nadie sabe nada de ti. El dolor se va extendiendo cada vez más como si de una enfermedad contagiosa se tratase, ya nadie sabe que eras tú quien hacía todas esas cosas. Tu fuerte personalidad se ha visto derrumbada por la de alguien mejor, han encontrado a alguien con mejores sonrisas y mejores chistes. Alguien más cariñoso, más abierto, más empático, y no eres tú.
¿Sabes qué? Se han olvidado de ti.

5 de junio de 2013

A veces pretendo que estoy bien, pero no es suficiente.

Cuando parecía que iba a parar, las lágrimas volvían a nublarle la vista. Huyó lejos de allí, a un lugar lejano donde nadie pudiera oír sus penas. Se sentía menos que nada, quizás llegaba a la altura de la mierda, pero era un escalón más alto en su propia jerarquía. ¿Por qué la vida te golpea justo cuando menos fuerte te sientes? No quería abrazos, ni hablar con nadie, solo estar sola, a oscuras. Ella y el eco de sus sollozos.
No recordaba haber llorado nunca así, quizás porque nunca había tenido razones más reales que esa. Tenía miedo de ahogarse en llantos, en gotas saladas recorriendo sus mejillas hasta llegar a su boca. Cuanto dolor, cuantos complejos desenterrados.
Sólo quería estar sola, con su eco, y esos "kilitos de más".

3 de junio de 2013

Tres de junio de dos mil trece.

Siempre has estado callada, y te has dedicado a dejar que nadie se diera cuenta de tu presencia. Simplemente no necesitabas atención. Llegabas a casa y te encerrabas en tu habitación, aislándote todavía más del mundo que te rodea. Te ponías los cascos y huías de la realidad. Solamente guardabas silencio y esperabas a que tu vida se hiciera un poco mejor. A saber cuantas canciones gastaste pensando sin pensar, viajando a algún lugar que todos desconocemos. Y, ahora que ya no buscas evadirte, ahora que tu vida se ha hecho un poco mejor, descubres que los demás se han movido sin ti. Nadie a esperado a esa chica que no decía nada, han avanzado y tú te has quedado atrás. Así que, vuelves a quedarte callada, sin estorbar ni retrasar, porque todos tienen cosas más importantes que darse cuenta de tu presencia.

2 de junio de 2013

¿Correr? ¿Para qué?

Tic tac, tic tac. 
El tiempo pasa, se nos escurre de las manos, como la arena entre los dedos o el agua de lluvia desde  nuestra cabeza hasta nuestros pies. ¿Lo malo? Nadie es consciente de ello hasta que es tarde. No sabemos que la aguja ya no marca las doce hasta que son las doce y un minuto, ni tampoco nos damos cuenta de que cada segundo que pasa nos hacemos más viejos.
Tic tac, tic tac.
¿En serio soy la única que lo oye? Corre más rápido y es invencible, imbatible, inefablemente bueno en ello, en ganarnos. Nos da parte de su experiencia, recuerdos ¿para qué? ¿Por qué nos da consciencia de las cosas que pasaron si sabe que no se van a repetir? Le gusta, le gusta hacernos vivir en un bucle de fotos, vídeos, momentos, para así ganarnos en esta carrera perdida.
Tic tac, tic tac.
Pero ya no, ya no pienso correr más. No sirve de nada intentarlo sabiendo que vas a perder, así que, le veré alejarse hacia el atardecer mientras yo continuo viviendo, sin prisas, sin perder el aliento hasta encontrarme con él de nuevo al final del camino. Y puede que entonces haya perdido, pero habrá sido una pérdida razonable.