11 de mayo de 2014

No es depresión, sólo es domingo.

Cuando le doy al play sólo quiero que suene algo que me haga llorar del todo, es domingo, es lo que necesito un domingo. Hoy es un día de esos en los que la semana entera se me ha echado encima y no puedo cargar más con este peso. Mi cabeza me está matando. Mis pensamientos ahogan cada palabra de esta canción. Envuelven la habitación en algo que parece oler a quemado, el humo me abruma, sin oxígeno soy incapaz de pensar con claridad, y es todo un círculo vicioso donde lo único que consigo es marearme. Joder, soy gilipollas.
No debería pero lo hago, sólo sé creer que no soy suficiente. No soy suficiente para nadie. No sé llenar ese vacío, ni tampoco mis abrazos logran llegar al alma. Me siento tan jodidamente inservible, tan "tíralo, no es necesario". Tengo miedo, no quiero quedarme en este salón vacío para siempre. Pero nadie va a querer aguantarme más de dos minutos, todos se acaban yendo en algún momento. Al final siempre termino tan  condenadamente  sola. La misma historia, y es todo por mi culpa. Que puta impotencia de mierda.