29 de julio de 2015

A ti que me estás leyendo.

A lo mejor es porque es temprano y me siento un poco más optimista de lo normal. O a lo mejor sé por lo que estás pasando y no quiero que te enfrentes a algo así por tu cuenta. Tienes todo lo que necesitas para ser feliz, aun así te empeñas en hundirte y cavar tus propios hoyos, pero es que siempre ha sido más fácil bajar las cuestas que subirlas. Quieres gritar, mandarlo todo a la mierda, dejarte los nudillos en el gotelé de las paredes, destrozar los centímetros entre tú y las sábanas, humedecer el colchón y secarte la garganta a gritos.

Hay salida, siempre la hay, y en algún momento la encontrarás. Yo estoy aquí para ti, para recordarte que nadie es perfecto y que todos acabamos cosiéndonos las heridas, que yo también tengo las rodillas rasgadas y muñecas torcidas. Y que todavía tengo un par de huesos intactos, otros cuantos en rehabilitación. Tenemos todos el mismo derecho a sentirnos atrapados, no reprimas esa angustia porque eso no es lo que te estoy tratando de decir. Hagas lo que hagas asegúrate de que no te has dejado ni una sola lágrima sin caer, ni un solo sollozo entre tus paletos, todos somos humanos, todos nos hemos ahogado en nuestra propia saliva.

Así que espera a que venga la tormenta, y que todas esas nubes se materialicen en césped mojado y el olor a lluvia, en respuestas a todas tus preguntas. Alguien te escucha y no estarás solo cuando decidas despertarte. Y ya sé que es lo típico, que todos lo hemos dicho alguna vez pero, puede que esta no sea tu semana, sé que será tu año.

25 de julio de 2015

(no title)

Llevo tanto tiempo buscándome, quizás hasta he acabado más perdida que al principio. He ido, vuelto, huido, encontrado, perdido, mentido, prometido...y otros tantos participios que ahora son inútiles. He ahogado penas en páginas en blanco y un par de teclas, sin embargo siempre salen a flote. Lo que sube siempre baja, y aquí estoy yo, desafiando la gravedad, quién es más fuerte, o quizás más cabezota. Hoy es uno de esos dias en los que todas mis virtudes se convierten en tormentos y los demonios que había enterrado salen a jugar al escondite. Están contando mientras yo busco un refugio, una cama, un armario, puede que una bañera, lo que sea que me oculte, por un tiempo. Porque nada es para siempre y algún día nos estamparemos, algún día volverán a devorarme y será como siempre. Luego seré yo la que cuente, los segundos, minutos, días que tardaré en ser la misma, en darles una oportunidad a mis tormentos. Pero ahora están cerca, y me he cansado de negar sus afirmaciones, responderán a todas mis interrogaciones. No hay nada más sincero que un punto a parte, y lo que pienses al final del día.

23 de julio de 2015

Entre el corazón y la cabeza me dejé llevar por el estómago.

Dime que solo yo, que sé cómo hacerte sentir de esa manera. Dime que soy especial, que me has buscado y no has logrado encontrarme. Corrígeme, porque creo estar equivocada. Es erróneo que nos hayas superado, ¿es todo mentira no? En realidad somos como la Luna y el Sol, reemplazando el uno al otro. No sé lo que piensas, ¿pero seré yo tanto como tú eres mio? Mis pensamientos. La única parte de ti que me queda, la única que puedo decir que me pertenece. Y he visto que te has mudado, ya no te encuentro donde solía encontrarte. De hecho, no hago más que encontrarme, estamparme contra estas paredes. 

Dime que no me has olvidado, las canciones que escuchábamos juntos siguen reproduciéndose. Dime que el tiempo ha pasado pero que no ves venir el día en el que estemos en la misma habitación. ¿Estabas bromeando verdad? Cuando dijiste que tenías los ojos puestos en otra. ¿Verdad que sí?

Al menos te pido que me des tiempo. Que me decepciones con cuidado, despacito, porque estoy frágil. No tan frágil como para salir volando de aquí, ojala. Sí lo suficiente como para que me cambies de sitio y desvanezca en el intento. Avísame, que suenen las sirenas, no me importa si estoy durmiendo. Demasiados simulacros me han dejado con insomnio. Estoy lista. Así que decepcióname. 

11 de julio de 2015

With or without you.

Todo estaba borroso, suele pasar cuando dejas las cosas claras. Me dolía el pecho, quizás porque no paraba de subir y bajar arrítmicamente, sin sentido. Mis dedos temblaban, te buscaban. Y solo tocaban aire, un fantasma que mi memoria se empeñaba en revivir. Se me olvidó. Se me olvidó todo lo que temía olvidar y mis pesadillas vinieron a convertirse en realidad. No quiero no estar a tu lado. Ven. Quédate. Vete joder, vete de mis costados, de mis mañanas y mis noches. 
Negaba con la cabeza lo que una vez acepté de corazón. Cerré los ojos por miedo a abrirme y salir herida. Y me di la vuelta, te di la espalda. Mis dedos temblaban, buscando mis manos. Y así me escondía. De la verdad, de lo que sea que me había golpeado tan fuerte.
Lloré, coño, lloré como una niña pequeña, como las nubes cuando no pueden ver el sol, como cuando escuchas esa canción un domingo, como yo sin ti para siempre.