25 de septiembre de 2015

She walks in the sun cause she is cold inside.

       Mira hacia abajo, el cielo es demasiado azul para sus pupilas. Sin embargo sonríe a los extraños, los artistas de la calle, las pequeñas maravillas del pavimento, las hormigas en fila india, a aquel coche que le ha cedido el paso. Teme que se le olvide, que se le congelen las comisuras en esa constante mueca de angustia. Así que aprovecha, y sonríe.
       Nunca está en casa. Siempre la verás por los paseos, fuera, dando vueltas en círculos. Con amigos, rodeada de gente. Y da igual quién sea, dónde sea, la encontrarás allí, escuchando o haciéndose escuchar. Y nunca está sola, porque entonces se encontrará consigo misma.
      Dicen que escucha música demasiado alto, que además no hacen más que gritar. Siempre tienen que avisarla con pequeños golpes en el hombro, decir su nombre hasta que se de cuenta de que la llaman. Pero es que todo lo demás en su cabeza también la llama, de todo menos por su nombre. Y nada puede pararlo, no se callan, voces grabadas sobre sus tímpanos, distorsionando las letras de cualquier canción.
      Y nadie sabe qué es lo que pasa cuando desaparece, cuando no contesta a los mensajes, no habla, se encierra en medio de una conversación, o cuando aparece el vacío en sus iris. Nadie sabe por qué a veces parece tan distante, alejada,
no perteneciente a aquel momento, aquel lugar.
Pero es que ella tampoco.

"She walks in the sun cause she is cold inside.
She wears black to reflect all her colors.
And the sleeves of her sweatshirt cover her hands just like he used to."

12 de septiembre de 2015

Directamente desde mis intestinos.

No sé que estoy haciendo con mi vida, ni qué es lo que me pasa. Me levanto sin ganas de empezar, porque las sábanas eran mis únicas amigas y hasta ellas se han puesto en mi contra. No hago más que dar vueltas en el insomnio buscando razones por las que salir, o intentando que algo haga que me quede. Y es que es horrible. No puedo dormir, y cuando duermo, no veo más que la posible materialización de mis pesadillas, y es todavía más horrible. Ya no sé ni qué les pasa a mis sueños.
Me siento tan sola, tan rodeada de gente, pero tan sola. No es culpa de los demás, obviamente, ellos no se merecen nada de lo que estoy diciendo hoy. Es la burbuja en la que me he empeñado en construir a mi alrededor, en el chaleco antibalas que me protegía de los demás. Porque no hago más que huir de las complicaciones, de dejar a un lado cualquier cosa que podría suponerme el más mínimo esfuerzo. No sé que hacer, no sé como estar. No sé como ser útil, quiero serte útil, de verdad.
Soy tal desastre, un cúmulo de cosas pendientes, rotas, derramadas, olvidadas, soy las motas de polvo de un desván olvidado, y ya ni yo me recuerdo. Hoy me faltaban razones para salir de la cama. Aun así salí. Y me siguen faltando razones para quedarme fuera. Quizás un par de tonterías más que soltar a un par de anónimos. Y ya.
Y es que me siento tan... No pido nada porque se que no tengo el derecho. Aun así me abruma este silencio, me he quedado sin voz.
Solo necesito un cambio, y motivos por los que intentarlo.

10 de septiembre de 2015

Tengo una duda.

No me explico como la inspiración puede venir un jueves a las cuatro de la tarde, un 10 de septiembre. Tampoco me explico cómo es posible que al leer tu nombre no sepa si llorar o reír, si estudiar cada letra o retirar la mirada. ¿Y cómo conseguiste cambiar las estaciones de esa manera?¿Cómo aceleraste mis pulsaciones, el reloj y todas sus agujas? ¿Por qué no me explico tantas cosas?Y cuál sería el propósito de ponerte en medio, si en nada te dejaría de lado.

No me explico como algo tan minúsculo duele tanto. Insignificante, como ese brillo en tus ojos al sonreír. Desordenado, como tus rizos tratando de ponerse de acuerdo con la dirección. Microscópico, como los silencios que llenaría a besos.

Es la impotencia constante de querer dejarlo, pero echar más madera al fuego, ver como las chispas me van quemando las manos, y que poco a poco me de igual. ¿Por qué eres todo lo que necesito? ¿Por qué un tercio de ti equivale quedarme sin las ganas con alguien más? Y nuestros problemas tienen mucho más sentido que el resto de incógnitas en todo este caos, eso es lo que más me asusta.
Algún día, cuando desaparezcas de mi vida, aparecerán todas las soluciones que no se atrevían a asomar por mi almohada,

y me explicarán cómo.