17 de diciembre de 2017

do you know how peace settles in?

Tenemos frío, pero no dejamos que nuestras ganas disminuyan. Con los sentidos congelados y millones de capas quise salir y disfrutar un poquito más de mí. Y hay una calma ahí fuera, que desearía que me inundara por dentro, que abrigara mis latidos. La respiro fuerte y toso, mi garganta pica y carraspeo en busca de voz. No viene, no me preocupo. Sigo inhalando y espirando como pueda y dejo que algo de ti me llene.

La nieve es tan bonita que desearía por un momento que no hiciera tanto frío, ni tampoco tanto viento. Saco la lengua al cielo retándole a ser más grande que yo, porque no hay nadie que pueda vencerme a estas alturas. Mis nudillos rojos tras amontonar copos entre mis dedos, quema luchar tan fuerte contra algo que me vence tan fácilmente. Todo está oscuro, pero no son las nubes. El sol ya se ha ido y me he quedado sola, viendo como todo flota en el aire, como bailan despreocupados hasta caer al suelo. 

Quisiera poder tener una cámara en mi cerebro, porque me encantaría volver a este preciso instante todas las veces posibles. Ojalá recordar siempre este frío constante en la nariz, en las pestañas, en todo mi cuerpo, menos en mi estómago. Abrir los ojos, que salgan de sus órbitas, mientras la nieve me va cubriendo, poco a poco, hasta que logro desaparecer y volar con ella. 

14 de diciembre de 2017

This is why i need you.

Si pudiera coger cualquier canción y hacerla mía, si pudiera decir que la he escrito yo, sin duda sería esta. Es que hay tantas cosas que se me hacen cuesta arriba, se me nubla tantas veces la vista. Me estoy perdiendo tanto, me tiemblan los labios, las rodillas, no puedo. Quiero hundirme en este edredón y echar raíces. Sin sol, sin calor, mis días se hacen más largos quizás. Esta oscuridad se instala poco a poco en mis pulmones y no sabría decirte si me incomoda. 
O si quizás me siento en casa.

No sé qué hacer, de verdad que no. En mi pecho se encierran tantas cosas que no quiero explotar, solo quiero que las calmes. Solo quiero que vengas y me digas que ya está, que todo va a ir bien.

29 de noviembre de 2017

Para todas mis amigas.

Si tuviera que contar las veces que he visto a gente bajar la luna por alguien que no les merecía, tendría que seriamente empezar un grado en Matemáticas, porque no lo comprendo.

Si no entiende que «no» es «no», no te merece. Si tú cedes, que cedan ellos también, las cosas son así. No le excuses, no busques formas de perdonar lo imperdonable, no. Hablo, escribo desde la rabia, porque no hay más que rabia dentro de mi cuando veo lo mucho que te duele ver que no encajas, que por mucho que fuerces, estas piezas siguen sin encajar. No debería ser así, no malgastes tus esfuerzos. Él no te merece. Porque él no sabe ver ese pequeño caos en ti, no sabe lo bonito que es. Solo ve poco más que un par de fotos de Facebook, una historia de Instagram. No te conoce. Él no te conoce.
Estoy cansada de ver cómo dejas que te pisoteen, cómo te dices a ti misma: «seré yo».

No, mi niña, no eres tú.

Son ellos.

Y si sabe cómo se asoma ese brillo por tus ojos al hablar de algo que te gusta, ese sí, tiene que ser él, no le dejes ir. Si cuenta las horas para volver a verte, quédate un poco más. Si te busca, si sus ojos buscan los tuyos en un mar de gente, encuéntrale. Escucha cómo suspira por ti, cómo quiere saber un poco más. Un día alguien vendrá y en vez de darte un buenas noches, te pedirá que aguantes el sueño, te dirá que esto no ha acabado. Recoge todas esas esperanzas y guárdalas bajo llave. Esos pintalabios, esas sombras que guardas en un cajón, que no acumulen polvo. Ponte bonita, porque alguien que sí te merece te espera.

merci, merci, merci

27 de noviembre de 2017

in English so you can read me

I hope you see me today
and the floods of regret
do not touch me in your memories.
Because I do not know anymore
how to fix what this has become
it seems that the more I try
the less I keep it dry
The drought does not leave me upset
this time I don't mind it
so please, do not let
the lake of regret
sweep what I did for over a year.

26 de noviembre de 2017

cuántos intentos hicieron falta para encontrar mi autoestima.

diseño sombras oscuras,
y con ternura subrayo
de rojo mis comisuras.
bato mis alas hacia ti.

la primera vez fue dolor
escondido, desgastado
por el tiempo, por desamor.
qué sabré yo de eso, ¿no?

la segunda fueron flores
creciendo poco a poco
en mí, en estos rincones.
me sentí un poco más llena.

y después, a la tercera
como si creyera ser un
capullo, tú una fiera,
salimos juntas de él, amor.

merci, merci, merci.



25 de noviembre de 2017

Las líneas paralelas nunca llegan a tocarse.

No sé qué es pero me hace llorar como no lo había hecho antes.

Solo flotamos en el espacio, lo sabemos muy bien. Un día ellos chocaron y también lo entendieron. Era noviembre, 25 de noviembre. Después de mucho tiempo en sequía, por fin hoy llovería. Ella decidió salir justo ese día porque le venía bien, su suerte siempre jugaba con ella de esa forma. Él sin embargo, se vio obligado a ponerse el abrigo y probar cómo salían las cosas. El cielo estaba negro y ya daba señales de tormenta, el viento jugaba con las bufandas de la gente y los toldos de los restaurantes. Las calles abarrotadas, hasta arriba de gente. Un sábado a las once de la noche es lo que tiene. Los bares competían por ver quién tenía la mejor música, y cuál la podía poner más alta. Mientras tanto algunos bebían asintiendo, haciendo creer que podían oír todo lo que se les estaba contando. Otros se reían sin sentido, o fingían ahogarse entre carcajadas. 

Ella llevaba los labios rojos, el pelo suelto, liso. Él no hizo mucho, ponerse las lentillas. Cada uno a su ritmo atravesaba las luces de las farolas, pisaba las franjas de los adoquines. Se apresuraban por que no les pillara la lluvia, o quizás el tiempo. Ella llegaba tarde, y él demasiado pronto. A él le tocó esperar a sus amigos, mientras que los de ella sabían que no podían pedir más, que así era. En grupo, cada uno fue a su garito preferido, para ir calentando. Bebieron un par, tres, cuatro cervezas. Ninguno se tambaleaba pero aún así la vista comenzaba a nublarse y todo resultaba mucho más gracioso. 

Empezó a llover y una punzada les sacudió a los dos cuando la primera gota de lluvia calló sobre sus frentes al mismo tiempo, pero a kilómetros de distancia. 

7 de noviembre de 2017

I miss you.

Hola, buenos días, tardes, noches...
me dirijo a ti porque tengo mucho que contarte, y busco alguien que me escuche, sólo eso. Anoche soñé contigo y sentí que seguías aquí, que aun podíamos arreglar las cosas y todo había sido una broma de mal gusto. Te tenía entre mis brazos y me asegurabas que todo estaba bien, que aunque no lo pareciera tú seguías junto a mi. Ahora no puedo parar de pensar en ese sueño y en todo lo que me gustaría decirte.

Así que,

no te preocupes por mi.

Ser yo misma es lo único que necesito, quiero sentirme bien dentro de estas paredes. Río cuando quiero, y dejo que el aire salga de golpe de una tantas veces como haga falta, hasta que me quede sin aliento y tenga que empezar a mover las manos en el aire sin saber muy bien como recuperar la compostura. Salto tanto si es al vacío como a cualquier charco que se cruce por mi camino, brinco y corro, dejo que todo me salpique sin miedo a mojarme. Bailo tanto si es de fiesta como en mitad de la calle, a oscuras o a plena luz del día. Bailo como si nadie me estuviera mirando, como si acabo empapada en sudor, nada me importa. Juego a no reconocer caras y a inventar nuevos amigos, a entender a los que tengo y pretender ser una familia.

Estoy bien, no te preocupes por mí.

Ya nadie puede hacerme daño, solo yo. Las nubes van y vienen pero sé que tanto el Sol como la Luna seguirán ahí en verano. Tengo muchos desconocidos con los que emborracharme, tengo tantas obras de teatro que ver, y millones de viajes que repetir. Tantas tardes de otoño abrigada con una manta tras las hojas de cualquier libro en francés, inglés, ojalá en español. Exámenes que suspender, no tantos. Estrés, espero que tampoco mucho. Risas, muchas muchas risas, por favor.

Sí, no miento cuando digo que te echo de menos, y sé que ella piensa en ti todos los días, ninguna de nosotras puede olvidarte. Te llevamos todas en el corazón, así que no te preocupes, que estamos bien.

18 de octubre de 2017

Bendita la telefonía.

Una mirada fija en un par de palabras impresas virtualmente. No sé que hay ahí que llame tu atención, pero lo dejo pasar. Nuestra conversación no para de cortarse, hay un millón de silencios, y no estoy muy segura de qué estoy haciendo mal. No paras de mirar esa pantalla. Ilumina la punta de tu nariz, tus ojos brillan como no lo habían hecho antes. Gesticulas, te haces el loco, yo desaparezco por un momento y vuelvo cuando levantas la vista. Hola, soy yo de nuevo. Crees que eres capaz de hacer varias cosas al mismo tiempo, en verdad tu atención solo se difumina a la vez que mis ganas de seguir con esto. Miro a cualquier lado que no seas tú para tratar de olvidar esa pequeña muralla que nos separa, busco un punto en el horizonte que quizás me quite un poco de esta enfermedad. Si pudiera te diría todo lo que se me pasa por la cabeza sin embargo no soy quién para decirte que apagues el móvil, que tu realidad soy yo, aquí, frente a ti. 
Sin quererlo caigo en el mismo juego. Uso pausas para darle al inicio, no te miro a los ojos más de una vez, solo para que no sientas que sigo fuera. No te escucho porque mis sentidos se centran en otro, otras, otros. Te hago preguntas absurdas, no quiero que sepas que realmente no estoy contigo. No estoy aquí.

merci, merci, merci

13 de septiembre de 2017

si estás solo dale al play y estoy contigo

el silencio se lleva
un cuarto sin amplia cama
el puntero que suena
y un alma que vuela fuera

este silencio no eres tú
son las puertas gritándonos
la ducha rota, el pladur
son las motas de polvo gris.

un silencio encendido,
escondido en las teclas
de nuestro cuerpo tendido
apoyado en este sitio.

llena el silencio con ruidos
pero la música viene
a completar los supiros
que adoran tus oídos.


merci, merci, merci





5 de septiembre de 2017

je vois la vie en rose

Me haces llorar,
erizar mi piel,
calmar mis nervios.

Tu respiración en mi nuca
me emociona.

Tiemblo,
porque en un tiempo
no te tendré así.

Se van
las nubes grises.

Flotan lejos de mí.


merci, merci, merci

5 de agosto de 2017

Cuando mi única pasión es dormir pero no consigo horas de sueño.

Si te faltan horas algún día,
deja que te regale todas las que tengo, 
porque llega un momento
a las 8 de la tarde
en el que no se muy bien si me siento humana
o un intento de suspiro.

Conmigo
llego a aburrirte, aburrirme también. 
Me canso de mi misma tantas veces
que he perdido la cuenta.
Me aburro de las luces tenues
y de los colores estridentes, 
me aburren estas cuatro paredes
azules, como si unas rejas no nos separaran
del cielo. 

Quiero buscar un sentido al día de hoy,
pero no importa lo que haga,
porque sigo estando 
vacía.

merci, merci, merci

14 de julio de 2017

¿Qué harías si pudieras saber el momento exacto?

Temblores, sudor en la palma de sus manos. No para de mirar su muñeca. Sombras sutiles adornan sus ojos, sus comisuras subrayadas de rojo. Un vestido ligero que vuela con el viento, que flota a la vez que camina. Era imposible ignorarlo, era imposible no prepararse para esto. No pudo evitar rizarse el pelo, echarse un poco más de colonia de lo normal.

Un día como hoy no habría salido de casa.
Pero aquel día la cuenta atrás se acababa.
Miró su muñeca una vez más.
¿Qué harías si pudieras saber el momento exacto
en el que conocerás al amor de tu vida?

Cuando le explicaron qué significaban aquellos números cambiantes en el reverso de su muñeca lo vio tan lejano que ni se preocupó por ello. Algunos decidían cubrirlo porque preferían no saberlo. Otros lo ignoraban, pensaban que algo tan tonto como unos números no podía determinar el azar, que esas cosas no pasan así como así. Ella sin embargo no lo cubrió ni lo ignoró, simplemente lo olvidó hasta que las cifras se fueron haciendo cada vez más pequeñas. Entonces empezó a ir al gimnasio, se dejó crecer el pelo y aprendió a bailar. Se esforzó por gustarle.

Y llegado el día no se sintió preparada, no sabía ni andar. Deambulaba de un lado a otro, no tenía nada que hacer. Entraba y salía de las tiendas más concurridas con la esperanza de que todo llegara a su fin, pero el tiempo no iba más rápido de lo normal. Se cansó de esperar y se sentó en el primer banco que vio. La gente seguía paseando, ajena a ella. Ninguno se imaginaba que su vida podría cambiar a partir de entonces.

10 segundos.

Hiperventilaba

8.

El corazón se le iba a salir del pecho.

5.

Nadie se acercaba.

3.

Estaba a punto de llorar.

1.

No podía respirar.

0.

Levantó la vista y solo estaba la gran ventana de la cafetería de enfrente,
en la que cazó la mirada de un chico
sosteniendo las manos de otra.

merci, merci, merci




23 de junio de 2017

A veces me duele y no sé por qué.

Esta presión en tu pecho,
tantos años preguntándote
quién es,
qué falta.

Hay formas de calmarla,
hay formas de olvidarla.
pero vuelve,
más fuerte.

Tumbado, el sol dibuja sobre tus piernas
calienta y te quema,
aún así hay sombras que permanecen
cosidas a tus pies.

merci, merci, merci

18 de junio de 2017

0:40

muchos problemas tienen más de una solución,
pero el mundo sería mucho mejor
con un poco de amor.

Individualismo contemporáneo.

En la ducha canta muy bajito y las gotas de agua taconean sobre una tarima de madera que cubre el suelo y poco a poco se pudre. Se lava el pelo con el champú y se mete de lleno en la canción. Por un momento parece que su corazón late. Sale en toalla y descalza, regando el suelo mientras sus pelos se ponen de punta. Una vez llega a su cuarto decide qué se pondrá esta vez que pueda disimular las arrugas. Tiene el armario hasta arriba de cosas pero siente ese vacío cavar entre sus intestinos, y cree que quizás necesita comprar algo más. Porque ya no sabe como llenarlo y el desorden se manifiesta en pelotones de ropa aglomerados sobre su cama. Buscando entre todo ese caos pretende encontrarlo, pero pocos tienen esa suerte. No sabe qué es, sigue mirando detrás de cada etiqueta, dentro de todos sus bolsos. Más tarde se rinde, y abre un libro. Después lo cierra y abre otro. No, tampoco está ahí. Es como si tratara de saciarse constantemente, muchísima sed pero ni todo el agua del mundo podía contentarla. Quizás tenía hambre. Los días pasaban, así las semanas y los años, no supo cómo.

Un día vio a una madre llorar por su hijo y supo que solo necesitaba ese tipo de amor.


merci, merci, merci

25 de mayo de 2017

Solo buscamos alguien que nos escuche.

Cuando era pequeña me imaginaba muchas historias de amor, pero ninguna tenía un final feliz.

El piano llora mejor que ningún instrumento. Cada vez que él tocaba sentía esa presión en el pecho, y de algún modo lograba expulsarla a través de la punta de sus dedos. Sus manos se balanceaban de un lado a otro, yendo de puntillas o dando saltos, creaban música, a él le daban vida. Nunca llegó a ir al conservatorio porque las circunstancias no se lo permitieron, pero tenía pasión y razones por las que seguir, así que siempre siguió. Todo el que le escuchaba se preguntaba a quién dedicaba todas esas lágrimas. Se decía que era mudo, que no sabía hablar; así contaba su historia. Otros afirmaban que una vez perdió la vista; ciego de amor. Él estaba ya viejo: su cara llenas de manchas y su pelo desgastado se había quedado blanco. Por dentro ese dolor no se agotaba, no erosionaba con el paso del tiempo, y parecía intensificarse a medida que él se hacía más mayor.

No lo engañaron, tampoco murió. Fue tan simple como abandonarse el uno al otro y decirse adiós sin intención de volver. Fueron decisiones mal tomadas, el arrepentimiento. Palabras que se quedaron en la garganta y no llegaron a materializarse. Fue orgullo. Y ahora él solo era un piano lleno de polvo y ella una canción sin partitura. La mayoría de sus recuerdos han desaparecido y ahora solo le queda esa sensación de pérdida. En cada pentagrama pide que vuelva, ningún concierto acaba sin un bis. Las teclas se hunden dificultosamente bajo la yema arrugada de sus dedos y frotan cada herida mal curada. Todas se abren y no dejan de derramarse, flotan en el aire y llegan a oídos ajenos. Él respira y espera que en algún lugar del mundo ella lo escuche llorar.

merci, merci, merci

23 de mayo de 2017

take my leave of you.

Hoy he borrado un par de recuerdos. Mi móvil ha tardado más de dos minutos en eliminarlo todo, y eso en realidad es bastante. Es tan sencillo tocar el icono de la basura e intentar hacer como que en parte todas esas memorias también te abandonan a ti. Es casi tan fácil como hacer que mi rímel se corra, o casi tan fácil como ponerme el pijama un lunes. He borrado un par de recuerdos que en mi cabeza ya estaban muy enterrados, recuerdos que hace tiempo quería guardar con cariño pero ahora solo me pesan. Eso será lo peor de todo, no ha dolido extirparlos de mi pecho, ni si quiera los he tenido que arrancar. Han caído solos, han resbalado y se han ido, se han despegado de mí. Como si nada.

Quiero pensar que la vida es así, todo nace, vive y muere. Nacemos y vivimos momentos que en algún momento mueren. Y renacemos cuando por fin vemos la luz al otro lado del túnel, que un día se apaga. Lo que recuerdo de todos vosotros, recuerdos, se ha ido. De hecho, lo que olvido de vosotros es cada vez más, ya no sois nada. Intento vivir este momento y es lo que más me cuesta de todo, que sea solo este momento. ¿Soy solo eso? ¿Somos solo lo que sentimos ahora? Porque me da mucha pena, he sentido cosas muy bonitas que no me gustaría olvidar. Aun así hay otras que preferiría que se resbalaran, sinceramente.

¿Deberían? No sé. Nos autoengañamos, el presente es el presente, vívelo. Qué más da lo que ocurra mañana si lo que está pasando ahora está bien, es lo que te hace sentir bien. Hay algo en mí que no, no está del todo bien, y no sé que es. Salto de piedra en piedra sin mirar lo que estoy dejando atrás, o si alguien desesperado está acercando su mano a la mía y yo empecinada salto de nuevo, y me alejo. Quiero que todas estas partes de mí sepan darse la mano de una vez, y no corran más. Me falta el aliento.

merci, merci, merci.

15 de mayo de 2017

Uno y uno son dos.

Exiges cosas de mí,
que no fluyen en ti.
No sé si es porque no lo encuentras
o buscas con los ojos cerrados.
los míos rojos, tachados.

Dices que sonría más,
cuando tú solo estás
observando qué puedes apuntar
qué cosas te podrían molestar.
a ti muchas, a mi no tantas.

Aunque en realidad tengo,
porque sigues, y yo prevengo
qué podría ser inoportuno
a tus oídos, o para ninguno.
solo quiero que me entiendas.

merci, merci, merci

Esto es lo que pienso al final del día.

Me niego a hacer nada porque no me apetece. Mis ganas de seguir se evaporan con el calor del flexo, y la tinta de mi bolígrafo se convierte en unos y ceros jugando a simular mis sentimientos. Debería pero una vez más, ya lo haré mañana. Y si no al día siguiente. Si me pilla el toro habrá que aprender que la culpa fue mía por no correr como han hecho los demás. Creo que soy estúpida porque pienso que el toro me pasará por alto, total. Además no sé quién podría hacer nada con la música tan alta como la tengo yo, con los gritos que suenan, con mis conexiones neuronales tan rotas como las tengo ya. No sé quién podría pensar con esta poca luz, tan poca inspiración. Quizás una balada, quizás algo de piano subraye mis palabras. De momento parece que funciona esto de escribir lo que se me pasa por la cabeza, pero aún así debería estar haciendo otras cosas más útiles porque de todas maneras no voy a llegar a ningún lado. Veo este blog como un desierto donde de vez en cuando alguien acaba sin querer. Todo está seco y sin vida, y eso que no hago más que hablar de mares y lluvias, ya ves tú menuda ironía ¿no?

 ¿Me dejarías ser tu oasis?
¿Y materializar tus preocupaciones?
¿Y robarte un minuto, un segundo?

Míralo por encima, pasa de mí. Empecé a escribir por mí y terminaré escribiendo para mí.
Mi, mi, mi, la nota musical más bonita que jamás se ha podido tocar.

8 de mayo de 2017

there's a comfort in the silence that's just between you and me.

Quiero que volvamos y quiero que todo vuelva contigo. El calor de las sábanas y la luz acariciando tus pestañas, una pequeña brisa moviéndose alrededor de nuestras cabezas, mi cabeza apoyada sobre tu pecho. Estaremos tan tranquilos si el aleatorio sigue eligiendo buenas canciones, lucharemos por decidir qué es mejor, si The Cramberries o Chris Brown, acabaremos con brazos y piernas enredados, yo con un nudo en el estómago. 
Prefiero que nos lo tomemos con calma, sin prisas, no hace falta que corramos, solo me acercaré un poco más a tus latidos y ya lo tendremos todo hecho. Y si alguien nos oye se preguntará por qué somos tan felices, el sol brilla tanto como podría hacerlo la luna, los días y las noches se aceleran a la vez que mi pulso. Pero seguimos riendo como dos niños pequeños, y tu sonrisa es la más cálida de las caricias. Quiero que volvamos porque todo es más bonito si estás tú conmigo. 
Adoro que me leas los pensamientos, que digamos lo mismo a la vez, que no haga falta darle vueltas a las cosas. Pero si nos perdemos y andamos más de la cuenta tampoco te preocupes, no me importaría tener más tiempo a solas contigo. Y si soy dura contigo, recuerda que no quiero que nuestras manos se dejen, a pesar de que no decidamos cuál de los dos sabe argumentar mejor. Adoro pasearme por todas tus esquinas, me encanta encontrar sombras, caminos sin descubrir. 
Quiero que volvamos, que vuelva todo. 

27 de abril de 2017

Unforgettable

A veces se me olvidan las cosas.

Hoy he tenido un sueño tan bonito, de esos que quieres con todas tus fuerzas que no se borren al despertar.

Ahora si me esfuerzo creo que lograré contarlo.

Llovía mucho y no había techos que me refugiaran.  Llovía tanto que el agua y el viento habían arrancado las pareces de los edificios y se habían inundado todos los paseos. El mar  estaba grande y amenazador, rugía con hambre porque hacia tiempo que no llovía así.   Nosotros estábamos dentro de unas ruinas algo bien conservadas y quisimos creer que eso sería suficiente. Pero no. Vi como varios volaban, se iban corriendo por miedo. A otros se lo llevaban los ríos instantáneos que la tormenta había creado. Estaba oscuro, no había ninguna luz, así que me enseñaste cómo ver las estrellas. Les hice una foto porque no quería olvidarme de ellas cuando me despertara.
Parecía que íbamos a quedarnos así para siempre y entonces vino alguien que no me esperaba, me cogió del brazo y me sacó de allí en contra de mi voluntad. Pensaba que era una especie de complot, pensaba que este sueño iba a convertirse en pesadilla, como siempre pasa con mis sueños bonitos. Creía que no volvería a ver las estrellas y que jamás vería una lluvia igual. En realidad fue verdad, pero más tarde descubriría cual era la verdadera razón.
Desde que me sacaron de aquellas ruinas no paramos de correr, yo sin saber hacia dónde. Él siempre me compraba helados en todas las estaciones y me ayudaba a subir a todos los trenes. Cuando había que tirarse a nadar, siempre saltaba primero para asegurarse de que cuando yo lo hiciera no me ahogara. Me acompañaba o más bien yo le acompañaba a él. Era una relación extraña pero me gustaba que fuera así.
Sé que me repetí una y otra vez algo que debía buscar cuando me despertara. También sé que no me podía olvidar porque le olvidaría a él. Era el título de una canción o de una película. Decía algo de no olvidar los recuerdos que nos importan, y era la clave para poder entender por qué me había sacado así de la lluvia. Él me recordaba esas cinco o seis palabras constantemente, como si en realidad se tratase de un 'te quiero'. Aunque cada vez que lo decía sabía que esa era su forma de quererme.
Llegó un momento en el que mi sueño se convirtió en pesadilla y lo perdí. No se si se fue o alguien se lo llevó. Lo que si se es que todo era casi tan negro como el interior de una cueva, y que a pesar de ser un sueño, olía mal. Después de eso poco a poco el negro de las paredes se transformaba en el negro de mis párpados.  Todo se difuminaba y desaparecía a medida que recobraba el sentido. Me repetí una y otra vez lo que no debía olvidar, cinco o seis palabras demasiado reales como para no poderlas llevar conmigo.

Ahora estoy despierta y no me acuerdo ni de la lluvia, ni de las estrellas. Ni si quiera de aquellas cinco o seis palabras.

merci, merci, merci

2 de abril de 2017

they say is darkest before the dawn

Creo que soy un poquito más feliz.
Y creo que de verdad somos felices cuando aprendemos a estar en paz con nosotros mismos, cuando no nos entra el pánico al vernos solos. Me gusta estar sola de vez en cuando, la verdad. Tengo tiempo para pensar. Pienso lo que me da la gana porque hace unos días me prometí que sería yo la primera en no juzgarme, y me dí un par de oportunidades más. Así que pienso lo que me da la gana, y lo repito tantas veces como haga falta. Creo que soy un poquito más feliz porque ya entiendo un poco mejor como funciona el mundo y no me agobia tanto. Doy por hecho de que hay de todo y he abierto los ojos a un par de verdades universales. Sigo decepcionada pero no dejo que nada me afecte, o más de lo necesario. Que me afecte ya no tiene mucho sentido, y no lo ha tenido nunca.
Tengo en mi cabeza la típica canción que suena al final de las películas de los ochenta. Y me hace un poco más feliz. Me ayuda a encontrarme, vuelvo a saber lo que quiero.
Aún así también es importante saber qué no quiero.
La canción no para de sonar porque no paro de volverla a poner. Quiero que queme mis pensamientos y que los grabe a fuego, que no se vayan.
Creo que me siento un poquito mejor.
merci, merci, merci.

27 de marzo de 2017

Reflexiones en cercanías.

Me preocupa demasiado qué imagen tienen los demás de mí,
pero no me preocupa tanto que los demás no hagan de mí una imagen.
Que lo que piensan de mi no debería ser todo lo que hay.
Sé que doy la impresión de ser algo que
si me conoces un poco mejor,
no es así.

Yo elijo que enseñarte
y tú decides con qué quedarte
de todo eso.
Aún así no es suficiente.
Porque ni yo me siento cómoda ni tú sabes como actuar.

De hecho, escribo así porque
no sé que más decir.
A lo mejor si es  más largo parece que
de verdad estoy diciendo algo
importante.

Pero no, no tengo mucho más que decir, así que solo me estoy alargando.
Solo espero a que se me ocurra algo más ingenioso que decir.
Quizás si crees que esto es un poema te interese leerlo.
Quizás creas que te puedes sentir identificado.
No lo sé.

merci, merci, merci

23 de marzo de 2017

I'll hang you up.

Mis ilusiones de la infancia se han visto algo ridiculizadas últimamente, pero nadie tiene la culpa.  Solo estoy creciendo y cada vez puedo enfocar más la verdad, cada vez el iceberg se hace mayor y cada vez hace más frío. Pero no pasa nada porque sé que no tenemos la culpa. Hemos cambiado y somos capaces de dejar atrás todos estos errores, aunque cometamos nuevos. 
Sí que sigo pensando que hay príncipes azules (aunque me haya negado un par de veces) y no hay ningún recuerdo que quiera olvidar.  

Sí que me gustaría volver, pero no voy a pasar por lo mismo una vez más.  

Creo que crecer consiste en entender que las cosas siempre van a pasar, somos nosotros los que reaccionan de una manera u otra. Y quién sabe qué, lo que habría pasado si esto le hubiera ocurrido a otra que no soy yo, o tú. 

O nosotros en general, seguimos cambiando, y hemos cambiado. Colgamos la ropa de verano en el armario cuando hace calor pero la guardamos cuando empieza a hacer frío.  Y otra vez, en un ciclo constante donde la ropa cambia pero el armario es el mismo. 

Yo y mi compulsividad con las compras...
Quizás me mude y el armario cambie, y sea más pequeño. 
Quizás los años vuelan y yo me pierda, pero siempre me acordaré de la luz de tus ojos.


merci, merci, merci

15 de marzo de 2017

Are they shining for you?

¿Somos tan fuertes? ¿Es suficiente?
Cuando era pequeña mi padre me intentó meter un poco en su mundo de constelaciones y a veces salíamos a mirar las estrellas por la noche. Sin embargo, nunca llegué a apreciarlas del todo. 

Un día alguien escuchó en susurros que me gustaría observar las estrellas, algo que todo el mundo ha dicho alguna vez en su vida, quizás en serio o solo por cumplir unas expectativas. Todo resultó en un viaje en coche hasta el espacio más remoto y alejado que se nos ocurrió en aquel instante. 
Y las vi. 
La verdad es que no tengo ni idea de astrología, pero algo dentro de mí se movió. Y sigue así, descolocado. No podemos evitar sentirnos solos porque es algo inherente a nosotros, así que ya no me culpo. 

Alguien una vez me dijo que desde aquí la vía láctea parece una fiesta de luces. Sin embargo, no pudimos evitar pensar que todas ellas se encuentran a años luz las unas de las otras, y que en realidad las cosas no son lo que parecen. Aun así, prefiero evitar pensar que son solo bolas de fuego y gases.

merci, merci, merci


20 de enero de 2017

これは痛い心のために作られています.


Quema, arde. Poco a poco sube por su intestino delgado y llega hasta el pecho. Se queda ahí un tiempo. Puede que incluso llegue a echar raíces. Quizás es para siempre, crónico. 
Pero no te olvides de nada.
Completamente inexperto va dando palos de ciego contra un saco demasiado pesado. Y sigue y sigue hasta que las muñecas se quejan de lo mal que dirige su fuerza. De que esa en verdad no es su lucha. 
Pero sigue, una y otra vez derramando mar sobre la alfombrilla. Una y otra vez, moviéndose como quién no conoce la cordura. Como aquel que golpea con el puño mal cerrado y se hace daño. Solo es su corazón el que se deshace. Sobre unos nudillos desgastados, sobre unos músculos cansados, sobre heridas abiertas. Aun así no llega, más arriba la sangre no llega. 
En olas se acerca, acecha. El frío viene. Él contiene el aliento y cierra los ojos, pero no para.
Nunca parará.


merci, merci, merci. 

3 de enero de 2017

No te olvidas de mí, así de fácil.

No hemos tardado ni 3 días.


Y ya me has llevado muy lejos. Puertos y paisajes congelados, carreteras olvidadas y lagos perdidos en pequeños estrechamientos. Soy tan feliz de tenerte. 
Hemos huido. Hemos corrido en frío y dormido en caliente. Hemos gastado en algo más que en gasolina, pero sabes que no me importa, que lo haría una y otra vez con tal de salir de ese túnel contigo. 
Sin responsabilidades, me has hecho ver cómo hacer que el sol brille un poquito más, la lluvia cayendo sobre la luna, tu parabrisas borrándolo todo. Nosotros empezando de cero. Dios, cómo te quiero. Ni todos estos kilómetros, ni ese horizonte que nunca acaba serán capaces de describirte cómo te quiero. 
Algo de agua, parece un trozo de cielo bajado solo para que nosotros lo veamos. En serio, no serán lo mismo pero son dos pedazos de la misma magia. Una soledad que no abruma, me llena. Por un momento me imagino que en realidad  somos tú y yo contra el mundo.
Sin querer. Has ido uniendo todas mis piezas sin querer y ahora todo parece tener sentido. 
Si me quiero ir lejos, me llevarás hasta allí y más allá. He olvidado, me he sentido olvidada y no me ha importado nada, solo tú. Solo tú, que sabes qué decir en todo momento. Que me sacas de donde sea. He aprendido a respirar y a que el oxígeno roce mi tráquea. 
 Y aunque haya sido breve, de verdad, inundas de felicidad mi alma.

merci, merci, merci.

1 de enero de 2017

20:17

Querido 2017,
sueño con cambiar de aires.
Sueño con huir y dejarlo todo atrás. Con irme lejos y dejarme de complicaciones. Haces, o más bien hacen, las cosas demasiado difíciles. Me cansa tener que estar pensando siempre en qué decir, o en cómo actuar. Me agobia tener que encontrar un futuro medio sostenible que me aguante por un tiempo. Me agotan tantas formalidades y no poder hacer lo que yo quiera.
Estoy soñando con un lugar mejor. No físico, quizás mental. Quiero pasar tus fronteras y no volver nunca más. En un sitio donde estar sola no sea incorrecto. Un sitio donde, sin embargo, nunca me sienta sola. Me siento un poquito sola.
No me estoy gustando este año, he empezado con mal pie. Espero que solo sea porque es un poco tarde y no estoy por ahí bebiéndome todo lo bebible. Aun así no me gusto este año, no veo que me quede bien.
Seré positiva, siempre tengo que ser positiva. Nos quedan 365 días por delante y quién sabe que nos pasará. Quizás si que llegue a ese lugar con el que sueño. Quizás no vuelva.
Quizás si vuelva, como el año pasado.
Bueno, de momento solo me he quedado con las ganas de bailar.





merci, merci, merci.