15 de mayo de 2017

Esto es lo que pienso al final del día.

Me niego a hacer nada porque no me apetece. Mis ganas de seguir se evaporan con el calor del flexo, y la tinta de mi bolígrafo se convierte en unos y ceros jugando a simular mis sentimientos. Debería pero una vez más, ya lo haré mañana. Y si no al día siguiente. Si me pilla el toro habrá que aprender que la culpa fue mía por no correr como han hecho los demás. Creo que soy estúpida porque pienso que el toro me pasará por alto, total. Además no sé quién podría hacer nada con la música tan alta como la tengo yo, con los gritos que suenan, con mis conexiones neuronales tan rotas como las tengo ya. No sé quién podría pensar con esta poca luz, tan poca inspiración. Quizás una balada, quizás algo de piano subraye mis palabras. De momento parece que funciona esto de escribir lo que se me pasa por la cabeza, pero aún así debería estar haciendo otras cosas más útiles porque de todas maneras no voy a llegar a ningún lado. Veo este blog como un desierto donde de vez en cuando alguien acaba sin querer. Todo está seco y sin vida, y eso que no hago más que hablar de mares y lluvias, ya ves tú menuda ironía ¿no?

 ¿Me dejarías ser tu oasis?
¿Y materializar tus preocupaciones?
¿Y robarte un minuto, un segundo?

Míralo por encima, pasa de mí. Empecé a escribir por mí y terminaré escribiendo para mí.
Mi, mi, mi, la nota musical más bonita que jamás se ha podido tocar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario ♥